Los adolescentes y jóvenes se encuentran en la edad ideal para la ortodoncia si es necesario, ya que el cuerpo aún está creciendo y los dientes/mandíbulas son más fáciles de manipular. Sin embargo, ¿qué pasa si su adolescente o preadolescente se horroriza ante la idea de tener una “cara de aparato ortopédico”? Trabajar con el equipo de ortodoncia adecuado y hablar con su hijo sobre los beneficios y opciones puede ayudar a allanar el camino.

No sorprende que los adolescentes sean, por naturaleza, emocionales y propensos a reaccionar de forma exagerada. Para ellos, realmente podría parecer que su vida (social) ha terminado. Esto es especialmente cierto si han visto a un amigo ser objeto de burlas por los frenillos, han visto escenas de intimidación en películas o si se pondrán frenillos justo antes de un gran evento o cambio de vida, como la transición de la escuela intermedia a la secundaria.

Su ortodoncista debe ser un excelente mediador y estar capacitado para trabajar con niños. ¡Ser resistente a los brackets no es nada que estos profesionales no hayan visto antes! Muchas veces, a los niños les preocupa que sus frenillos se vean como a veces se ven en las películas: enormes, llamativos y que les imposibiliten hablar con claridad, comer, sonreír y, por supuesto, besar.

Es muy probable que su hijo adolescente tenga algunas ideas preconcebidas incorrectas sobre los frenillos, pero es posible que no se sienta cómodo compartiendo esa información con usted. Permitirles hablar con el ortodoncista, quizás sin su presencia, les da la oportunidad de hacer preguntas y obtener una opinión profesional e imparcial.

En algunos casos, su hijo adolescente también podría ser elegible para Invisalign o podría sentirse atraído por los frenillos “de colores”. Poder personalizar y elegir diferentes bandas cada pocas semanas definitivamente puede animar la rutina normal de ortodoncia.

Hable sobre celebridades que han usado aparatos ortopédicos (¡algunos solo por apariencia!) y recuérdele a su hijo con regularidad cuánto más sanos estarán sus dientes cuando termine la ortodoncia. Si su hijo se siente cohibido por los dientes torcidos o separados, recordarle los resultados finales también puede ser beneficioso, pero solo si él mismo ha mencionado esa aversión. Después de todo, no deseas iniciar o fomentar una baja autoestima, pero es difícil no mencionar el hecho de que su sonrisa pronto será aún más hermosa.